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Un implante dental es una estructura de titanio que se coloca en el hueso maxilar o mandibular para reemplazar la raíz de un diente perdido. Se recomienda en casos de pérdida dental debido a caries, traumatismos o enfermedad periodontal, ofreciendo una solución fija, funcional y estética.
No, el procedimiento se realiza con anestesia local, por lo que el paciente no siente dolor durante la cirugía. Puede haber molestias leves en los días posteriores, pero se manejan fácilmente con analgésicos y cuidados postoperatorios.
El tiempo varía según cada caso, pero en general, el proceso de integración del implante con el hueso (osteointegración) puede tardar entre 3 y 6 meses. En algunos casos, se pueden colocar dientes provisionales el mismo día con la técnica de carga inmediata.
Un implante bien cuidado puede durar toda la vida. Es importante mantener una buena higiene oral, asistir a controles periódicos con el dentista y evitar hábitos dañinos como fumar o morder objetos duros.